Las cenizas de Mariano


Días pasados asistí a la presentación de un libro de Felipe Alcaraz. El autor, dotado de un sentido superior de la ironía y el sarcasmo, dijo “sentir dudas en este momento, sobre si Zapatero ha existido o no”.

Esta duda del escritor y político granadino me llevó a mí a otra duda que albergo hace tiempo pero dentro del mismo contexto.

¿Existe Mariano Rajoy o es una alucinación colectiva que padecemos los españoles? Yo creo que cuando el gallego desapareció, huyendo de los periodistas, tras una puerta del Senado, se desintegró en el éter.

Lo que aparece de él, es un ectoplasma, un fantasma, una cera ardiendo, que administran, en su inmaterialidad y a partes iguales, Ángela Merkel, Aznar y Emilio Botín. No es determinismo, ni prevalencia de lo absurdo, es que creo que el Mariano que preside los Consejos de Ministros no es de este mundo.

Presumo que los espíritus del Averno se me pueden rebelar si les incluyo a este mercachifle entre su vecindario, pero estoy dispuesto a asumir el riesgo. Esta substancia que navega entre las faldas de Soraya, el judío errante de Montoro o la calva de popelín de Guindos no puede ser de esta parte de los mortales.

Fiel a su puerco oficio, este fantasma de los mercados y los telediarios, quiere jodernos cada viernes, nos toma por tontos y nos estafa la carta de ajuste. Ante una muchedumbre de imbéciles pegados a la pantalla, a cada segundo, con su tijera de eternidad, nos recorta un poco. Pero es para disimular. Lo que en realidad quiere es meternos, sin que apenas nos demos cuenta la “bacalá” de la banca tóxica y sus ladrillos podridos. Dicen los entendidos, que hasta 168.000 millones del ala.

Y a esta solemne procesión de gilipollas del partido de la diestra, ¡la madre que lo parío!, no podemos asistir. ¡Ya esta bien que tengamos que soportar a “la marquesa” y sus orgasmos recortadores, pero aguantar a un fantasma transexual, sin que los perros ladren, es pedir demasiado!

Acerca de lucasleonsimon

Nací en Córdoba en agosto de 1947 en el seno de una familia republicana, represaliada por el franquismo. A los catorce años comencé a trabajar en la empresa Cenemesa, más tarde Westinghouse y más tarde ABB. Me inicié en el sindicalismo y la política clandestina, al mismo tiempo. Fui concejal del Ayuntamiento de Córdoba entre 1983 y 1987, en el gobierno de Julio Anguita. Desde 1985 he ejercido el periodismo de opinión en medios como Diario 16, Nuevo Diario de Córdoba, La Tribuna, La Información, Diario de Andalucia y Agencia Efe.
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4 respuestas a Las cenizas de Mariano

  1. raromerol dijo:

    ¡Muy bueno, Lucas! He estado buscándolo, pero no lo encuentro, un comentario que no recuerdo quién hizo en una de tus páginas, de que esta gente sigue igual, exigiendo que dimita Zapatero. Aunque tengo una perspectiva distinta a la tuya. Para mí lo que hace Popeye «El (primer año santo triunfal) Marianico» es aterrizar en la calva, y lo hace sumamente mal, como caído, De Guindos. No navega, sino que nauFraga, hunde prestigios, del brazo de Monto-oro. Lo que hizo por los pasadizos secretos hasta las zahurdas de Plutón senatorial fue espeleología. Y entre las faldas de la Sorayita, la muñeca chochona, y salvas sean sus partes, lo que practica es el submarianiquismo, otro ismo para quienes lo ven todo igual tras extraerse las cataratas del Niágara. Su oficio no tendría por que ser puerco. Sólo lo es su forma de practicarlo. Más bien es «marranaj». Para los judíos, «la prohibida», refiriéndose a la carne desangrada, que nadie podía asegurar que no fuese despojo de algún sacrificio en holocausto, propiciatorio, a algún falso dios, como son todos los que exigen sacrificios mientras sus oficiantes se benefician. Pero ¡mientras los jodidos lo aguanten! Que sigan jodidos pero contentos, votándoles hasta que se cansen. Para nuestra desgracia ¡Ojalá dimitan ya!

    Hay que reconocer que vivimos en un mundo fantástico, sobretodo para los periodistas. Para los que no repiten siempre lo mismo, claro está. En el que nos desayunamos cada día, no cada viernes, incluso los de ayuno y abstinencia, los que aún contamos con salarios decentes, con nuevas sorpresas-te-da-la-vida, yo estoy mal pero tú estás peor, que estás fatal. Definitivo. Un mundo que cambia a un ritmo apasionante, que lo trastoca todo, derrumbando toda consistencia. Que te atenaza el corazón comprobando la ascendencia del fascismo al tiempo que te llena de esperanzas, por si, en uno de estos revoltijos, en mundo termina enderezándose hacia la izquierda de verdad, hacia la solución de los problemas de los trabajadores, no del capital. Por ejemplo, que hayan tenido que «dimitir» al Rato, que se ha pasado robando, el «salvador de la Patria» y los ahorros populares. O al consejero de la salud extremeño, que se iba a Portugal a pasar consulta. Según decían, sin cobrar ¿Por qué lo han obligado a dimitir, entonces? Que se vayan descubriendo todas sus inmoralidades. Que vayan dimitiendo uno por uno, pasando por la cárcel, a ser posible. O, mejor aún, todos juntos. Todos a la cárcel. Porque, lo que ha quedado patente (de corso, de inmatriculación en los registros navales de Córcega, excomulgados por el Papado por comerciar con los saharracenos) es que, los de la herencia, no son capaces de solucionar nada, sino de enmarranarlo aún más, haciendo exactamente lo mismo que los de antes, sólo que más y peor.

    En días pasados comenté lo que recordaba de una antigua obra de teatro experimental, «La piscina». Se lo remití al grupo de teatro «El Gallo Rojo», por si querían convertirlo en guión y representarlo. Han debido investigar en la Red Internacional de Telecomunicasciones («Internet», en abreviatura inglesa) porque me han respondido con lo que me parece una versión prosaica, narrativa, actualizada, denominada «El Mercado», de Edward Bellamy. «Cuella di cui», como dirían los italianos: http://www.vozobrera.org/documentos/El_Mercado.pdf

  2. jose maria dijo:

    Bueno, como parece que se habla en términos politico-económicos para mí «Que la solemne procesión de gilipollas la hemos tenido ocho (8) años» y a esos si que !la madre que los parió! !En la que nos han metido…. ! Ejemplo es la economía «imposible» de ese pueblo de Guadalajara, pero claro… estamos hablando de política-económica municipal. Así nos vá…….
    Claro…. que !como somos…..! porque algún director de una entidad de Bankia, hoy está en Vietnam de viaje, son sus vacaciones, bueno… lo oculta a sus clientes porque no es «bonito»; bueno no sé si me direis que es un trabajador que tiene derecho….. no sé, pero en este mundo de crisis que vivimos…. !por supuesto otros se fueron a cazar elefantes!

    • Pues la procesión ha debido ser a escala planetaria porque salvo China, Brasil y Venezuela no hay dios que se salve. O es que Zapatero tambien gobernaba en Grecia e Italia. ¿Y en Valencia? La quiebra mayor de todas las autonomías, con Bancaja, El Banco de Valencia y la CAM. El escape con la «herencia recibida» suena ya a rancio.

    • raromerol dijo:

      El Gobierno de los mentirosos habla para los retrasados mentales, que son los únicos que le prestan oídos y se creen lo que dicen, como si fuese verdad. Existe otra parte de la población, incrédula por naturaleza y entrenamiento continuado, que hace cálculos respecto de los lavados de cerebro que intentan inculcar a los descerebrados. Veamos. El pueblo que dicen tiene 3.000 habitantes y una inmensa deuda de 12.000.000 de euros. Es decir, tocan a 4.000 € por cabeza ¿De dónde han sacado los cálculos de que tardarón 7.000, o serán 7.000 millones, de años, en pagarla? Tal vez de la bilis. O de los riñones, de un cólico localizado, Será con el nivel actual de tasas municipales. Pero las tasas municipales no son imposición divina ni Ley de la Física o na Naturaleza. Bastaría con cambiarlas, subirlas, y podrían pagar la deuda ¡en un sólo año!

      Nuestro país mantiene una deuda externa, por todo concepto (mayoritariamente deuda privada, que es la verdaderamente descomunal ¿también culpa de los de antes o es consecuencia de la sagrada libertad del dios mercado?) de ¡2’8 billones de €! Supongamos una población de 45.000.000 de españoles, para que nadie me pueda acusar de que estoy rebajano el divisor, el denominador, y resulta que debemos ¡62.222’22 € «per capita»! Entonces ¿cuánto tiempo vamos a tardar en pagarlos? ¿109.791’11 años, según la misma proporción? ¿Qué son 7.058 años comparado con esos? Pero, ya se sabe, los que se creen las mentiras de «los suyos», ni saben de historia ni de matemáticas, aunque se creen todas las historias que les cuentan y se tragan todos los cálculos, biliares o nefríticos, y las hostias que les dan.

      Pero aún hay que hacer una reflexión más ¿Hay que pagar las deudas? ¿Quiénes? ¿Verdad que eso es una blasfemia? ¿Que estoy poniendo en duda el más sagrado de los mandamientos del santísimo dios Mercado? Sigamos con otra comparación. Las empresas españolas, de media, funcionan con un tercio de capitales propios y dos tercios de capitales ajenos. Una fórmula triunfadora. Pero estos son sólo recursos a largo plazo. Dependiendo del tipo de actividad la financiación exterior de la empresa puede significar un 80 % del activo total de una empresa. Y eso es lo que figura en el balance o balanza, porque hay cantidades que no se contabilizan. Por ejemplo, las deudas para con los trabajadores, que, como cobramos por atrasado, después de entragar nestro trabajo al empresario, al fiado, de fiarnos de nuestros amos, de nuestros patrones, y así nos va, así nos llevamos «sorpresas» como las de Spanair, Marsans, Díaz Ferrán, el patrón de los patrones. Un retraso que puede llegar al mes para las pagas ordinarias, al año para las extraordinarias, y a toda una vida laboral para los salarios diferidos. Por ejemplo, las indemnizaciones por despido, el premio de 45 años de antigüedad en la empresa o el premio por jubilación. Una cuestión «colateral» ¿justifica esa escasa financiación de la empresa, su nula dirección técnicas, que frecuentemente se delega en técnicos asalariados destacados, modernos capataces o negreros, el poder absolutista de la dictadura del empresariado?

      Retomemos la línea principal: esas deudas las empresas no las pagan. Sí, ha leído bien. Las empresas no pagan sus deudas. Ninguna. Lo que hacen es renovarlas. A veces se les obliga a cambiar de entidad financiera, porque ya han agotado la paciencia de las anteriores. Lo que sí hacen, constantemente, es incrementar sus deudas. En términos económicos se suele considerar esta desproporción entre la financiación interna y externa, propia y ajena, como factor de apalancamiento o multiplicador de los beneficios. Sobre ello los premios Nobeles Modigliani-MIller realizaron una extensa y simplista diatriba. Claro, que siempre se oculta, que para que dé resultado, es imprescindible que la tasa interna de retorno o rentabilidad supere los costos financieros unitarios, porque, en otro caso, estará trabajando para las entidades de financiación. En definitiva, las empresas sólo pagan sus deudas -cuando las pagan, cuando son capaces de pagarlas- cuando entran en liquidación, cuando cierran las puertas, cuando dejan de ser empresas, emprendedoras, para desprenderse de todo. A veces, las menos, con sus empresaurios estafadores, desprendidos, no de sus bienes, sino de vergüenza, prendidos por la policía. Es decir, pagan cuando suspenden los pagos. Cuando sus acreedores se dan cuenta de que no van a cobrar, nunca, y concurren, a todo correr, para participar en el concurso de acreedores para ver quién cobra, y antes, y quiénes, cuánto y cuándo van a dejar de cobrar.

      La pregunta, a lo que iba, es ¿por qué las empresas no están a obligadas a pagar sus deudas sino cuando les llega la crisis total y a los Estados y a los Municipios y las Comunidades Autónomas se les obliga a pagar por adelantado para «evitar», o será más bien acelerar, la crisis total, el cierre, la disolución, o la conquista por los poderes extranjeros, colonialistas? Estoy de acuerdo en que debe existir una proporción adecuada de endeudamiento, que para las empresas no se fijan por leyes ni por Tratados internacionales, sino que la imponen los Bancos -¡Qué casualidad! ¿No?- a la hora de aprobarles o denegarles las ampliaciones o renovaciones de sus deudas. Y saben lo que decía el antiguo, el original «Pater noster»: «anúlanos (perdónanos, lo transcriben más religiosamente) nuestras deudas según y (cómo) nosotros anulamos (las) de nuestros deudores». O sea: «dimitte nobis debita nostra sicut et nos dimittimus debitoribus nostris». Indudablemente poético, lleno de ritmo, al estilo frecorromano. Reproduciendo la propaganda electoral a Tribuno de la plebe del Sumo Pontífice de Júpiter Julio César, cuando formaba parte del Partido Demócrata, antes de traicionarlo y cambiarse de bando. Igual que la invocación de dicha oración se correponde con la introducida por Cleopatra VIIª en Roma, «Pater noster et dominus noster», para dirigirse al «Dictator et Imperator». Que era la misma con la que el pueblo egipcio se dirigía a los faraones. Aunque la Iglesia actual ha cambiado lo de las deudas por las ofensas, para no ofender a Bancos y Cajas de Ahorro.

      Pero ¿quién va a fijar el porcentaje de endeudamiento de los Estados? ¿Alemania? ¿Por qué sólo el 3%, considerado deuda estructural, o sea, el 0% real? ¿Por qué a las empresas sí y a los Estados no? Sepamos que «los de antes», los legatarios de la herencia, bajaron la deficiencia financiera del 13 a entre el 8 y el 8’5%, que aún no está claro. En cambio estos inútiles, los «herederos», con sus inmensos recortes, que todos acaban regalándoselos a los Bancos, no sé cómo se las arreglan, ya ha dicho el dios Mercado Común que no van a ser capaces de rebajarla al 6%. Y eso cuando nuestra Deuda Pública, ya catalogada de bono-basura, acumula una prima de riesgo más de 50 centésimas porcentuales por encima de la italiana, que estuvo siempre por encima de la española durante el mandato de los legatarios de la «herencia». Cuando ya ya cotizan por encima de 500 puntos los certificados de aseguramiento de impago de la Deuda Soberana española, cuando los mandantes (lea bien: he escrito mandantes, no se deje engañar por su subconsciente) actuales se rasgaban sus vestiduras enseñando sus desvergüenzas cuando a «los de antes» se las pusieron al 200% ¡Cosas de la vida!

      Y a cada nueva «reglamentación» de la Banca no hacen sino hundirnos más, nuestro prestigio y nuestro patrimonio, porque estos inútiles lo hacen tan mal, tan terroristamente, que, en lugar de generar la confianza que decían que faltaba y que ellos tenían para dar y tirar, sólo saben poner más en duda la pervivencia de nuestro sistema financiero. Porque ¿de dónde se va a sacar todo ese dinero que dicen que falta? Y eso que todo son ambigüedades e inconcreciones. Por ejemplo ¿cuánto es un alquiler razonable? Ya los Bancos habían traspasado sus inmuebles invendibles a filiales inmobiliarias ¿Qué pretenden ahora, que las declaren en quiebra? Pero, si los Bancos aún no han cobrado su importe, si se las han vendido a crédito ¿cómo va a significar eso la salvación de los Bancos? ¡Claro! ¡Ya está! Lo que se trata es de que dichas deudas, incobradas, las deduzcan de sus impuestos y el Estado se quede con los ladrillos y los gestione ¿Ladrillazo a la Banca o al Estado, a nostros mismos, a los honrados contribuyentes?

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